Chávez poeta

Chávez poeta

viernes, 6 de febrero de 2015

Ludovico, Valera Mora y Andrés Eloy

Continúo el recorrido recordando en palabrass de Chávez textos poéticos de tres venezolanos: Ludovico Silva, Víctor "el chino" Valera Mora y Andrés Eloy Blanco. Dejó para la próxima entrada a Arvelo Torrealba.

LUDOVICO SILVA

En la voz de Ludovico Silva, a través de su extensa y estremecedora Carta materialista a mi madre. Lo de materialista, por cierto, tiene que ver con su identificación con el marxismo. Así evoca su nacimiento:

Madre, yo no sé cómo escribirte
puesto que me escribiste tú a mí mismo.
Se te abrieron las caderas
y las piernas se ampliaron como catedrales:
me pariste, según dices, a las cinco de la mañana,
la hora del alba y las resurrecciones.

Y uniendo el sentimiento por la madre y la pasión del revolucionario, continúa Ludovico:

Vida es dolor, mamá, ya tú lo sabes,
podrá no ser dolor para los dueños del capital;
estos no sienten, tienen dinero en los nervios,
se comen a sus semejantes con dientes de oro,
buscan siempre el término medio,
son mediocres,
no andan, como tú y como yo, por los extremos.
Por los extremos se llega a la sabiduría.
Eso los haría sudar, morirse de miedo,
porque viven muertos de miedo a la vida.

Nosotras y nosotros, en cambio, estamos vivos por amor a la vida: a la nueva vida que estamos creando y que se llama socialismo.

VÍCTOR "EL CHINO" VALERA MORA

El 26 de enero de 2012 Chávez se despidió del procurador de la República, Carlos Escarrá, fallecido, diciendo: "En nuestras manos está tu llamarada, Carlos", evocando la obra de César Rengifo, titulada Lo que dejó la tempestad, pieza teatral en cuya última escena una mujer enloquece  por la muerte del General Zamora y termina sus días gritando: "Ezequiel Zamora, en mis manos está tu llamarada".
Chávez recordó el gusto que por la poesía tenía el procurador y citó al escritor venezolano Víctor "El Chino" Valera Mora:

Llamadme, solamente llamadme,
cuando llegue el día de las canciones colectivas,
solamente llamadme,
cuando llegue el día en que tremolen las banderas rojas,
las banderas negras.
Solamente llamadme
el día en que la risa y el pan sean plan de gobierno,
sean forma de gobierno.
Solamente llamadme
el día en que, Juan República Popular,
sean nombres y apellidos del pueblo.
Entonces, cuando estemos en lo justo...
llamadme, solamente llamadme.

Hermano, en este día de banderas rojas, en este día de tristeza profunda, en dolor mayor, no busquemos entre los muertos a quien están más vivo que nunca.

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Los que creyeron haber matado al cara'e cuchillo, olvidaron enterrar el sonido de sus sienes veladas. Zamora cabalga señores ya los dientes del pueblo están royendo los muros de vuestro reino y no es el desarropado ni el sordo ni el ciego de ayer ahora tiene bandera, poetas y metal organizado, como cantaba El Chino Valera Mora.

ANDRÉS ELOY BLANCO

En numerosos discursos y escritos cita partes de su poema Maisanta, el corrío de caballería. El interés del poema radica en la vinculación de Chávez con su bisabuelo Pedro Pérez Delgado y lo que supuso en su vida, primero como preocupación investigativa y más tarde como inspiración libertaria, como tantas veces lo recordara.

Y a la voz de Neruda, unimos la del cumanés Andrés Eloy Blanco, en su Maisanta, corrido de caballería, dedicado al general guerrillero Pedro Pérez Delgado, “El último hombre a caballo”:

Ya Pedro Pérez Delgado
no tiene madre ni patria
ni un retrato de la madre
ni un retrato de la patria
lo cruzan madres con sed
lo surca una patria tostada
pero tiene el corazón
como tapiz de sabana
y junta madre con Virgen
y junta Virgen con patria
y cuando va a la pelea
pone a las tres
en el anca…

O las cargas de Maisanta, el último hombre a caballo, en cuya leyenda se inspiró Andrés Eloy Blanco para escribir aquellos versos que son en verdad un galopar de centauros:

Con un rumor de joropo
viene llegando la carga,
tendido en el paraulato
un jinete la comanda,
y cuando llega el enemigo
en los estribos se alza,
tiene la melena rubia
entre baya y alazana.
Y un grito que es un machete
con filo, punta y tarama.
Y es Pedro Pérez Delgado
Que va gritando:
¡¡Maisanta!!

Andrés Eloy Blanco, ese gran poeta, le escribe el Corrío de Caballería, y precisamente dice:

Unos lo llaman Maisanta
y otros el americano,
americano lo mientan
porque es buenmozo el catire,
entre bayo y alazano.

Y más adelante, cuando habla de la expresión Maisanta dice: ¿Por qué lo llaman Maisanta? Porque cuando pelea Pedro Pérez Delgado, en el momento de trabar la pelea y antes de que salga de la funda el machete, arma los aires con su grito de guerra y así en la carga va gritando el guerrillero: ¡Maisanta, Virgen del Socorro de Valencia!

Madre Santa, dice la gente,
pero Maisanta dice: Maisanta!
Y las maneras de los hombres
los hombres deben respetarlas

De ahí viene el grito que hoy afortunadamente no es un grito de violencia ni de muerte, ni de machetes desenvainados, es un canto más bien. Maisanta, hoy es un canto como el de Florentino y el Diablo. ¡Maisanta hoy es una alegría! ¡Maisanta hoy es una patria!

Dice también Andrés Eloy, que cuando el guerrillero iba a la batalla juntaba a la madre, a la Virgen y a la patria:

El grito del guerrillero
se lo sabe la sabana,
no hay quien no lo haya escuchado
en la noche o la mañana.
Corre, corre, corre
el río hasta que le suda el agua,
y grita: corran, lagunas,
que está cargando Maisanta.
            Y la Virgen del Socorro
viene con él en el anca,
con espinas de limón
y palabras de naranjas.
Es la madre, es la patria
y es la Virgen del Socorro.


La madre de Cristo, el Redentor. Con ellos vamos y con este pueblo para derrotar al diablo, ¡Al mandinga de la oligarquía! y sus amos extranjeros el 15 de agosto de este año histórico 2004.

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