Chávez poeta

Chávez poeta

miércoles, 18 de febrero de 2015

Alberto Arvelo Torrealba

Dejo para el final al poeta llanero, tal vez aquél con quien más se identificó Chávez, al que con más pasión recitó, del que más contenido político extrajo, y que más extensivamente llegó al pueblo venezolano. El poema Florentino y el Diablo  se convirtió en el centro discursivo de la batalla por el Referendo revocatorio. Pero no quedó allí. Posteriormente, tras la victoria electoral, volvería a recordar el poema en distintos contextos internacionales. Las citas que sigan van guiadas por el orden del poema y no por las fechas de los discursos… fueron muchísimos en los que citó el poema y lo comentó. Siguen sus palabras:

Fue una madrugada cuando se me ocurrió y eso fue una casualidad, les voy a contar como fue: Yo fui a la Casona, voy de cuando en cuando, allí está parte de mí alma, mis 3 hijos mayores y 3 nietos que tengo ahora. Estaba ahí mirando libros y libros viejos, los libros viejos a mí siempre me han atraído, no se por qué, halo un libro y consigo un libro pequeño, era esos días en que el CNE decidía que si no decidía y entonces, creo que fue la noche anterior, cuando saco el libreo Alberto Arvelo Torrealba “Florentino y el Diablo”, yo pienso a veces que son mensajes de Dios, yo fui allí y de tantos libros agarré ese y me siento con mi hija María, que le encanta la lectura y le digo: -María, vamos a leer.
Y comienzo, ¡claro! es un verso de poemas, entre los cuales está “Florentino y el Diablo” de Alberto Arvelo Torrealba, uno de los más grandes poetas que esta llanura ha parido, hombre integro, ejemplo para los barineses y venezolanos y venezolanas. Hay que conocer a Alberto Arvelo. Hay que conocer las raíces, porque de allí es uno y eso es lo que uno es en el fondo, de allí uno viene y esas son las raíces como el árbol. Pues entonces, viendo ese librito con mi hija en la madrugada, conseguimos Florentino y el diablo.
Alberto Arvelo Torrealba, que era conocer de la historia de estas sabanas, de esta Patria, inventó esta leyenda, extrayéndola de las realidades de esta sabana y es que en verdad, él se inspiró en la Santa Inés de 1859, porque allá se enfrentaron el diablo de la oligarquía, la misma que traicionó a Bolívar y lo echó en 1830, la misma que mandó a matar al Mariscal Sucre y lo mataron, la misma que se adueñó de las tierras y de la Patria y traicionó al pueblo que detrás de Bolívar, recorrió como un rayo este continente con un sueño como bandera, ese pueblo quedó traicionado, humillado, los esclavos siguieron siendo esclavos y los pobres más pobres y sin tierras y sin nada. Pocos años después, llega Zamora y recoge la bandera y la oligarquía ha dicho que Zamora no tenía ideas.
¡Vaya si tenía ideas mi General Zamora! mi General Zamora era un socialista, era la época del socialismos utópico, no había aparecido todavía la tesis del socialismo científico.
Dicen que ese gran poeta barinés también, paisano nuestro, Alberto Arvelo Torrealba, se inspiró en Zamora, se inspiró en Santa Inés cuando escribió una de sus grandes obras: “Florentino y el Diablo”.
En este libro, “Florentino y el Diablo” y yo no sé por qué se me parece tanto la situación que estamos viviendo, ¡claro! que no en la guerra militar afortunadamente, sino en la guerra política, se me parece tanto a la campaña de Santa Inés, tanto se me parece, que hoy anuncio a los venezolanos que me convierto en el Comandante de la Campaña de Santa Inés, a partir de hoy hasta el día del referéndum revocatorio. 
La Campaña de Santa Inés, hacia allá vamos, porque tiene para mí un gran parecido, esto de la acción retrógrada de ir canalizando a la fuerza adversaria para la batalla definitiva, la batalla será: El referéndum revocatorio.
Entonces dicen que fue allí donde se inspiró el gran Alberto Arvelo Torrealba, para escribir Florentino y el Diablo. Yo recomiendo a ustedes leer esta maravilla de obra, que comienza con el reto, es un reto, el diablo reta a Florentino…

El catire Florentino,
por el ancho terraplén,
caminos del desamparo,
desanda golpe de seis.

Eran como las seis de la tarde, iba el Catire Florentino desandando los caminos de la sabana. Y, ¡bueno! sigue la copla. 

Puntero en la soledad
que enlutan llamas de ayer,
macolla de tierra errante
le nace bajo el corcel.
Ojo ciego el lagunazo,
sin garzas un conigrey,
pedazo de tierra reseca
donde el casco da traspiés.

Así va Florentino, puntero en la soledad. Y vamos leyendo y uno se va metiendo y se imagina que está en la sabana adentro y de repente llega a tomar agua…. Y entonces de repente, ya oscureciendo, el Catire Florentino siente que viene un jinete detrás de él, el jinete le pasa por un lado, vean lo que dice la leyenda:
Soplo de quema el suspiro,
paso llano el palafrén,
mirada y rumbo el coplero,
pone para su caney,
cuando con trote sombrío
oye un jinete tras él.

Negra se le ve la manta,
negro el caballo también,
bajo el negro pelo e’ guama,
la cara no se le ve.

Pasa cantando una copla
sin la mirada volver.

Y cómo le responde Florentino. Ustedes saben que Alberto Arvelo Torrealba, se inspiró en la historia, precisamente en la batalla de Santa Inés, cuando escribió “Florentino y el Diablo” y es por eso que cuando el diablo pasa por un lado de Florentino, allá en el terraplén - el diablo, de caballo negro, de sombrero negro y de manta negra - le lanza el reto a Florentino, que estaba tratando de tomar agua, pero no podía, ya era el maligno el que le impedía tomar agua…
Vean entonces lo que el diablo, que pasó, sombrero negro, manta negra y caballo negro y debajo del sombrero negro no se le vía la cara, y le canta a Florentino, le lanza un reto y le dice… Era altanero el negro y le canta:
Amigo por si se atreve, 
espéreme en Santa Inés 
que yo lo voy a buscar 
para cantar con usted.

Y el Florentino se queda taciturno y mirándolo y por supuesto que dice: ¿De dónde salió este hombre si yo vengo por esta sabana hace tanto rato y no había nadie, negro el caballo y negra la manta? Y después dice el poeta, que vio los espantos, unas sombras que pasaron llegando la noche y Florentino entonces se le pega atrás, desde lejito ¡claro! al espanto, y le canta, para que oiga, el tañó largo, dice que le canto…
El Catire Florentino se queda sintiendo la fuerza del espanto, el diablo que lo está retando, lo está retando para Santa Inés. Pero luego el Catire se recupera, se hace la señal de la cruz, cuenta la leyenda, y antes de que el coplero negro, el diablo, se aleje, le responde con su voz de coplero y le dice: 
Sabana, sabana tierra, 
que hace sudar y querer, 
parada con tanto rumbo, 
con agua y muerta de sed, 
una con mi alma en las olas, 
una con Dios en la fe, 
sobre tu pecho desnudo 
yo me paro a responder

Sepa el cantador sombrío
que yo cumplo con mi Ley
y como canté con todos
tengo que cantar con él

Ahora hemos escogido Santa Inés otra vez, el símbolo de Santa Inés donde alumbra y alumbrará para siempre el sol de la victoria popular. Cuando yo esa madrugada conseguí aquel libro y me puse a leerlo, dije: -María, ¡aquí está, aquí está!
Y al día siguiente, estaba anunciando la batalla de Santa Inés y estaba respondiéndole al diablo, como le respondo con el verso de Alberto Arvelo y con el espíritu de Zamora y de Florentino: Ese diablo está en Washington y le hemos respondido y yo le respondo a nombre del pueblo venezolano a los que nos retan desde Washington, con sus lacayos de aquí, les digo como les decimos nosotros todos: 
Sepa el cantador sombrío 
que yo cumplo con mi ley, 
y como canté
y le gane a todos los de aquí
tengo ahora que cantar con él.

Como hoy me paró yo a responder aquí en este despacho, a los que me han retado, pues, a Santa Inés. Dijo el coplero, lo que yo le digo hoy a quienes me retan.
Y Florentino, sacando de su alma el espíritu de los copleros le responde -Florentino es Ezequiel Zamora, pudiera ser el Catire Pedro Pérez Delgado, Florentino somos nosotros- le responde a la oligarquía y a sus amos extranjeros, lo que estamos respondiéndole y está escrito aquí, después que ve pasar al diablo…

Sepa el cantador sombrío
que yo cumplo con mi Ley
y como siete elecciones he ganado
una octava les ganaré allá en la sabana
de Santa Inés

Porque ciertamente la fuerza de la oposición, no me refiero a los venezolanos que militan en la oposición, sino a esas élites de la oposición conspiradora, esa oposición política que incursionó por el golpismo, por el terrorismo, por el paramilitarismo más recientemente, ¡Bueno! tiene mucho de ese diablo. Ese diablo que lanza un reto, yo lo acepto y como yo además sé, y esto deben saberlo todos los venezolanos de buena voluntad, no sólo quienes me siguen sino todos los venezolanos con 4 dedos de frente, que esta batalla vamos mucho más allá de Venezuela, que la administración de los Estados Unidos está detrás de estos dirigentes de oposición, y que el señor Jorge W. Bush, sombrero negro, caballo negro y bandera negra, es el verdadero instigador, el verdadero planificador e impulsor de todos estos movimientos que han arremetido contra nosotros, pues le digo que: - Yo acepto el reto a nombre de la dignidad del pueblo venezolano…
Es decir, lo espero en Santa Inés pues, ¡nos vemos en Santa Inés! y allá se vieron.
Espérenme en Santa Inés, ¡pues! ¡Vamos a Santa Inés, Unidos a triunfar por la Patria! Un abrazo y muy buenas noches a todas y a todos.
También les ha dolido Florentino, les ha dolido Santa Inés, les ha dolido que el pueblo ha respondido como ha respondido y la sociedad ha respondido con alegría al canto de “Florentino y el Diablo” y ahora todo venezolano honesto, patriota, nacionalista, se siente identificado con el Catire Florentino, y enfrentado a las fuerzas malignas, a las fuerzas del mal.

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Santa Inés pueblo profundo, donde se consiguieron el catire Florentino y el señor de las tinieblas, que bonita aquella copla cuando le dice Florentino al Diablo: 
Zamuro de la barrosa 
del alcornocal de abajo, 
ahora verán señores
 al diablo pasar trabajo.

Agregaba Alfredo, que además de calidad revolucionaria, “debemos armarnos de eficacia política para la organización, para la planificación, para el seguimiento, para la toma de decisiones, para el desarrollo de situaciones, para no caer en el mero voluntarismo revolucionario, en las utopías que muchas veces se pierden en los caminos y se vuelven humaredas” así como el diablo le decía a Florentino:
Serán humos tus caminos...

Y Florentino responde, lo que nosotros respondemos a los que quieren que nuestro camino se vuelva humo o que sean cenizas nuestros recuerdos, o que sean piedras nuestros sueños como dice el diablo. Florentino dice y nosotros repetimos con Florentino: 

Mi rumbo lo trazo yo, 
por esa senda que usted me señala 
se le han de secar los pies 
de tanto transitarla solo
¡caballero Satanás!

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Con este mismo poema respondió a declaraciones de Obama y Fox contra Venezuela, en distintos contextos:
Soy el hermano más oscuro de América, pidiendo justicia e igualdad para la raza negra americana, para los afroamericanos; también somos americanos. 

Yo soy como el espinito, 
que en la sabana florea, 
le doy aroma al que pasa 
y espino al que me menea ... 

Presidente Fox...no se meta conmigo, caballero, porque sale espinado…

No se meta con Venezuela, Obama, no se equivoque, no siga el mismo torpe y estúpido camino de su antecesor, George W. Bush. 

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Canto a Bolívar es el otro poema de Alberto Arvelo que recitaría Chávez con hondo sentido, tanto en Venezuela como en distintos encuentros en países nuestro Americanos. En un Aló Presidente sucedió así:
¿Qué pasó?, ¿qué tienes ahí, el? Ajá, pero ponlo aquí, agárralo ahí. Ese es el cuadro mira, ponlo ahí ve, Alcega Herrera, mira. Tómale distancia, tómale distancia para que tú veas, qué cuadro, vale. Desde que lo vi, hace como 40 años, me impactó. Mira ve, ahí está el candelorio ve, ahí está la llamarada. Déjalo atrás, déjalo atrás como estaba, déjalo fijo ahí, mira que rostro ve, ¡uff! Y ahí está el ardimiento azul ve. ¡Bolívar, Bolívar! Cómo es que dice Alberto Arvelo, dice así, ve, deja la imagen de Bolívar:

Por aquí pasó compadre,
Hacia aquellos montes lejos.
Por aquí vestido de humo
Mi general que iba ardiendo
Fue un silbo de tierra libre...

Enfoca, enfoca, por favor, ahí, correcto, ya. Estamos Rafael y yo atravesados ahí, eh.

Fue un silbo de tierra libre
Entre su manta y su sueño.
Por aquí pasó compadre,
Hacia aquellos montes lejos.
Mírale el rostro en la paja
Míreselo compañero,
Como las claras garúas
En el terronal reseco,
Como en las mesas el pozo,
Como en el caño el lucero,
Como la garza en el junco
Como en la tarde los vuelos
Como la nieve en el pico
Como en la noche el incendio
Como el cocuyo en el aire
Como la luna en el médano,
Como el potro en el escudo
Y el tricolor en el cielo.

Y al final dice:

Óigale la voz tendida,
Óigale la voz tendida,
Sobre el resol de estos médanos
(Esos eran dos llaneros hablando seguro)
La voz que grito más hondo,
Óigasela compañero,
Como el son de las guaruras
Cuando pasan los arrieros,
Como la brisa en la palma
Como el águila en el ceibo
Como el tiro en el asalto
Como el toro en el rodeo
Como el relincho en el aire
Como el casco en el silencio
Como el grito del centauro
En las Queseras del Medio
Como la patria en el himno
Como el clarín en el viento.
Por aquí pasó Bolívar compadre
Hacia aquellos montes lejos.

Y termina diciendo esto, ve, eso fue como 1940, por ahí, que escribió más o menos el gran Alberto Arvelo ese Canto a Bolívar ¿no?, pero al final dice:

Por aquí pasó compadre,
Hacia aquellos montes lejos
El sol de la tarde estira
Su perfil que vuelve
Sobre este inmenso desierto

Volvió, volvió, volvió. ¡Viva Bolívar! —Aplausos. ¡Viva! (canta) Simón Bolívar, Simón. Bueno, Simón Bolívar, Simón.


…1830, enero, Bogotá; instalación del último Congreso que el convocó, hizo nombrar Presidente a Sucre y lo llamó Congreso Admirable, “...este Congreso a de ser admirable o no será”, la patria se hundía pero él insistía, insistía; mi General que iba ardiendo como dijo Alberto Arvelo cantándole a Bolívar: 

Por aquí pasó compadre 
hacia aquellos montes lejos, 
por aquí vestido de humo, 
mi General que iba ardiendo, 
fue un silbo de tierra libre, 
entre su manta y su sueño.

Ese fue Bolívar. Ese fue, no, ese es, Simón Bolívar. Entonces dijo: “Conciudadanos, me ruborizo al decirlo, la independencia es el único bien que hemos conquistado a costa de todos los demás”, después de 20 años de Revolución. Pero dice, entonces es la visión futurista, la visión optimista encima de una realidad muy dura, “...la independencia es el único bien que hemos conquistado a costa de todos los demás, pero ella, la independencia es y será la puerta abierta que nos permitirá ir conquistando todos los demás bienes para la patria. Sin independencia no hay nada...”, y así se lo escribía un día a Santander: “...Independencia o nada”. Bolívar, Bolívar.

viernes, 6 de febrero de 2015

Ludovico, Valera Mora y Andrés Eloy

Continúo el recorrido recordando en palabrass de Chávez textos poéticos de tres venezolanos: Ludovico Silva, Víctor "el chino" Valera Mora y Andrés Eloy Blanco. Dejó para la próxima entrada a Arvelo Torrealba.

LUDOVICO SILVA

En la voz de Ludovico Silva, a través de su extensa y estremecedora Carta materialista a mi madre. Lo de materialista, por cierto, tiene que ver con su identificación con el marxismo. Así evoca su nacimiento:

Madre, yo no sé cómo escribirte
puesto que me escribiste tú a mí mismo.
Se te abrieron las caderas
y las piernas se ampliaron como catedrales:
me pariste, según dices, a las cinco de la mañana,
la hora del alba y las resurrecciones.

Y uniendo el sentimiento por la madre y la pasión del revolucionario, continúa Ludovico:

Vida es dolor, mamá, ya tú lo sabes,
podrá no ser dolor para los dueños del capital;
estos no sienten, tienen dinero en los nervios,
se comen a sus semejantes con dientes de oro,
buscan siempre el término medio,
son mediocres,
no andan, como tú y como yo, por los extremos.
Por los extremos se llega a la sabiduría.
Eso los haría sudar, morirse de miedo,
porque viven muertos de miedo a la vida.

Nosotras y nosotros, en cambio, estamos vivos por amor a la vida: a la nueva vida que estamos creando y que se llama socialismo.

VÍCTOR "EL CHINO" VALERA MORA

El 26 de enero de 2012 Chávez se despidió del procurador de la República, Carlos Escarrá, fallecido, diciendo: "En nuestras manos está tu llamarada, Carlos", evocando la obra de César Rengifo, titulada Lo que dejó la tempestad, pieza teatral en cuya última escena una mujer enloquece  por la muerte del General Zamora y termina sus días gritando: "Ezequiel Zamora, en mis manos está tu llamarada".
Chávez recordó el gusto que por la poesía tenía el procurador y citó al escritor venezolano Víctor "El Chino" Valera Mora:

Llamadme, solamente llamadme,
cuando llegue el día de las canciones colectivas,
solamente llamadme,
cuando llegue el día en que tremolen las banderas rojas,
las banderas negras.
Solamente llamadme
el día en que la risa y el pan sean plan de gobierno,
sean forma de gobierno.
Solamente llamadme
el día en que, Juan República Popular,
sean nombres y apellidos del pueblo.
Entonces, cuando estemos en lo justo...
llamadme, solamente llamadme.

Hermano, en este día de banderas rojas, en este día de tristeza profunda, en dolor mayor, no busquemos entre los muertos a quien están más vivo que nunca.

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Los que creyeron haber matado al cara'e cuchillo, olvidaron enterrar el sonido de sus sienes veladas. Zamora cabalga señores ya los dientes del pueblo están royendo los muros de vuestro reino y no es el desarropado ni el sordo ni el ciego de ayer ahora tiene bandera, poetas y metal organizado, como cantaba El Chino Valera Mora.

ANDRÉS ELOY BLANCO

En numerosos discursos y escritos cita partes de su poema Maisanta, el corrío de caballería. El interés del poema radica en la vinculación de Chávez con su bisabuelo Pedro Pérez Delgado y lo que supuso en su vida, primero como preocupación investigativa y más tarde como inspiración libertaria, como tantas veces lo recordara.

Y a la voz de Neruda, unimos la del cumanés Andrés Eloy Blanco, en su Maisanta, corrido de caballería, dedicado al general guerrillero Pedro Pérez Delgado, “El último hombre a caballo”:

Ya Pedro Pérez Delgado
no tiene madre ni patria
ni un retrato de la madre
ni un retrato de la patria
lo cruzan madres con sed
lo surca una patria tostada
pero tiene el corazón
como tapiz de sabana
y junta madre con Virgen
y junta Virgen con patria
y cuando va a la pelea
pone a las tres
en el anca…

O las cargas de Maisanta, el último hombre a caballo, en cuya leyenda se inspiró Andrés Eloy Blanco para escribir aquellos versos que son en verdad un galopar de centauros:

Con un rumor de joropo
viene llegando la carga,
tendido en el paraulato
un jinete la comanda,
y cuando llega el enemigo
en los estribos se alza,
tiene la melena rubia
entre baya y alazana.
Y un grito que es un machete
con filo, punta y tarama.
Y es Pedro Pérez Delgado
Que va gritando:
¡¡Maisanta!!

Andrés Eloy Blanco, ese gran poeta, le escribe el Corrío de Caballería, y precisamente dice:

Unos lo llaman Maisanta
y otros el americano,
americano lo mientan
porque es buenmozo el catire,
entre bayo y alazano.

Y más adelante, cuando habla de la expresión Maisanta dice: ¿Por qué lo llaman Maisanta? Porque cuando pelea Pedro Pérez Delgado, en el momento de trabar la pelea y antes de que salga de la funda el machete, arma los aires con su grito de guerra y así en la carga va gritando el guerrillero: ¡Maisanta, Virgen del Socorro de Valencia!

Madre Santa, dice la gente,
pero Maisanta dice: Maisanta!
Y las maneras de los hombres
los hombres deben respetarlas

De ahí viene el grito que hoy afortunadamente no es un grito de violencia ni de muerte, ni de machetes desenvainados, es un canto más bien. Maisanta, hoy es un canto como el de Florentino y el Diablo. ¡Maisanta hoy es una alegría! ¡Maisanta hoy es una patria!

Dice también Andrés Eloy, que cuando el guerrillero iba a la batalla juntaba a la madre, a la Virgen y a la patria:

El grito del guerrillero
se lo sabe la sabana,
no hay quien no lo haya escuchado
en la noche o la mañana.
Corre, corre, corre
el río hasta que le suda el agua,
y grita: corran, lagunas,
que está cargando Maisanta.
            Y la Virgen del Socorro
viene con él en el anca,
con espinas de limón
y palabras de naranjas.
Es la madre, es la patria
y es la Virgen del Socorro.


La madre de Cristo, el Redentor. Con ellos vamos y con este pueblo para derrotar al diablo, ¡Al mandinga de la oligarquía! y sus amos extranjeros el 15 de agosto de este año histórico 2004.