En
el marco de la integración latinoamericana.
-Convertir
a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro
de la Gran Potencia Naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la
conformación de una zona de paz en Nuestra América.
Venezuela
como país con poder. Con poder político, moral, económico y militar. Con poder
del pueblo a distintos niveles y en distintos ámbitos. Con una democracia
participativa, protagónica y socialista, que restituya el poder al pueblo, al
bloque histórico democrático y popular de trabajadores, profesionales y
pequeños productores.
Para
situar a Venezuela en el ámbito internacional como país con poder,
Chávez cimentó y afianzó la región latinoamericana y del Caribe como un área en
proceso de integración. La fuerza integradora de esta región la vio como motor
para unir el Sur-Sur.
La
conducción de toda la acción política por Chávez tuvo como origen y fin a la
patria grande, nuestra América -en las palabras de Martí-. Chávez entendió que
era imposible enfrentar al gran capital asilándose en lo local. La construcción
del horizonte de expectativas de la política en el plano Nuestroamericano tiene
evidentes ventajas geopolíticas, económicas y culturales. Por señalar apenas un
par de aspectos, los procesos de diálogo de la guerrilla y el gobierno de
Colombia demandan una visión más amplia que la estrictamente nacional.
Con Chávez, la región
latinoamericana y caribeña toma distancia del neoliberalismo del ALCA y del
Consenso de Washington. Chávez intensifica la estrategia de integración
económica, política y geoestratégica del área (ALBA, Banco del Sur, moneda
Sucre, Petrocaribe, financiamiento a programas con Ecuador, Bolivia, Nicaragua,
Cuba y países del Caribe, relaciones comerciales en ascenso con Brasil y
Argentina….), promoviendo un modelo “alternativo”, con atención a las
particularidades y asimetrías de los país, que rivaliza con el modelo clásico
de integración de derechas que profundiza el libre mercado y alienta la libre
circulación de capitales. Chávez impulsa la creación de UNASUR y recientemente
de la CELAC.Es un modelo de integración democrática que rompe con el dogma de
crecimiento cero de la economía. Al crecer las economías latinoamericanas,
mientras las potencias se encuentran en recesión, se crean empleos, se combate
la pobreza y se aprovechan los recursos y los ingresos que genera el
intercambio con balanza favorable.La importancia tanto de CELAC como de UNASUR
radica en que ambos organismos han sido finalmente legitimados por gobiernos de
variado signo político y ejemplo de ello es que un presidente de centro-derecha
como Sebastián Piñera fue el primer Presidente pro-témpore de CELAC y los
cancilleres de Venezuela y Chile, pese a sus diferencias políticas, trabajaron
estrechamente en la formación de este último organismo. La CELAC es evidente
que constituye un ejercicio que deberá mostrar las tremendas ventajas
estratégicas que comportan para nuestras naciones, aún sumidas en procesos
económicos basados en la extracción de minerales, el poder desarrollar
políticas complementarias que permitan la integración económica desde nuestras
propias precariedades pero con las posibilidades de negociar con un mundo cada
vez más incierto y en esa misma medida, más voraz, en condiciones de mayor
igualdad y con mayor margen de maniobra. Y todo esto en perjuicio del
Panamericanismo de la OEA, reconocido por el bolivarianismo como instrumento de
Estados Unidos para intervenir en favor de sus intereses propios y que no son
necesariamente comunes al del resto de América.