El Programa de la
Patria puede considerarse el legado programático final de Chávez. En él están
definidas sus líneas maestras de pensamiento y acción. Vamos a insinuarlas una a
una.
Independencia
-Defender,
expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de
200 años: la Independencia Nacional.
Chávez
nos deja independencia nacional.
Esperamos tomarla, consolidarla y acrecentarla. Nos inspiran los intensos
momentos vividos por nuestros predecesores: resistencia indígena y
afrodescendiente, guerras de independencia, guerra federal, revolución
restauradora; Bolívar, Zamora…
Después
del golpe de 2002, la dimensión anti-imperialista y soberana de Chávez se presentó con
mayor claridad, pero no era nueva. En realidad, su vocación anti-imperialista
que usualmente la asociamos con el rechazo a la injerencia de los Estados
Unidos en el quehacer de las naciones, venía de mucho antes.
El
antimperialismo de Chávez, dice Elizabeth Benítez, es ontológico. Para él “es
inadmisible que otro hombre deba sucumbir a la explotación por otro hombre”. Su
discurso estaba anclado en la igualdad y el respeto para el otro. Pero esta
esencial vocación anti-imperialista de Chávez se ve acrecentada a raíz del
golpe. Desde entonces su antimperialismo se mostró a las claras, como
económico, político y comunicacional:
- El antimperialismo y soberanía de Chávez fueron económicos: afirmación de los derechos del Estado nacional frente a las trasnacionales petroleras. Chávez toma el control de PDVSA, la empresa petrolera estatal, en manos de una élite trasnacional, y marca distancia de los sectores más agresivos empresariales. Incrementa la parte de la renta petrolera que tenía la oligarquía, y la dedica a combatir la pobreza y al financiamiento de los programas de desarrollo, social y económico. La política petrolera esbozada por el gobierno Chávez implicó el deslinde frente a los mandatos emanados por la geopolítica del capital y la afirmación soberana del Estado en función del interés nacional. El rumbo de la política petrolera en los noventa puso sobre el tapete la confrontación de intereses entre las compañías transnacionales y el Estado nacional. Mientras las primeras abogaban por una apertura favorable a su interés de monopolización y obtención de mayores ganancias a partir de la intensificación de las explotaciones petroleras, el Estado nacional se planteó en la defensa de la empresa estatal, su participación en la renta petrolera y la definición de un nuevo marco de relaciones. Además, fortaleció la participación del Estado en la economía con expropiaciones de empresas estratégicas que aseguraren la viabilidad del Estado nacional.
- Su antimperialismo fue político: estableció amplias relaciones internacionales soberanas y libres con los más diversos pueblos del mundo: Irán, Siria, Libia, Bielorrusia, China, Rusia, Portugal, Palestina y todos los latinoamericanos.
- Fue antimperialismo y soberanía comunicacionales: instituyó como política de Estado la comunicación social: creó TELESUR, lanzó satélites propios (Miranda, Simón Bolívar), dejó diseñado el SIBCI…
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